Resumo
El tema de las tres edades de los documentos y, por lo tanto, de las tres clases de archivos en que tienen que ser custodiados y servidos, como ponencia de una sesión plenaria que tiene el título de "Nueva Archivística y la Administración de documentos", pone de manifiesto cuestiones de nomenclatura. Si se habla de integración, parece desprenderse que se están desintegrando las coordenadas por las que van discurriendo los documentos, de una etapa en otra y, al hablar de nueva Archivística, parece como si los cambios producidos en los últimos años fueran decisivos para hablar de algo nuevo, con la puesta en circulación de la Administración de documentos que es solo una faceta del trabajo del archivero. Las tres edades, por los principios que las deben regir y por el objeto de su ocupación, los documentos, así como por los archiveros, son distintas situaciones de un solo hecho: los documentos son al mismo tiempo testimonio y contienen información. La desintegración puede venir del aumento dado en nuestros dias al valor de la información sobre el valor testimonial, uno variable y pasajero en muchos casos, y el otro permanente. Lo que diferencia una etapa de la siguiente es la perdurabilidad del testimonio sobre la necesidad de la información. En las tres edades el valor de los documentos reside en los valores testimonial e informativo, de manera que los archivos y los archiveros tendrán que seguir las mismas normas técnicas esenciales. Variará quién y cómo se hace el servicio. En cada etapa, a su cargo estará la custodia, tratamiento y selección, atendiendo a la legislación vigente. En cada etapa, se tendrán que realizar Ias tareas que pongan los documentos en condiciones de llegar a la siguiente, sin necesidad de empezar de nuevo, de la primera a la última. La novedad, está sobre todo en relación con la cantidad de documentos producidos, más que en la forma de tratarlos. La tecnología no afecta al trabajo sustancialmente, pues las nuevas máquinas no deben destruir las unidades naturales archivísticas, de la primera a la tercera edad. La tecnología debe facilitar el trabajo de los archiveros, y no deshacer los archivos.